La mancha del asentamiento humano que se dio en la Cuenca del Lago de Texcoco trasciende más allá de lo que se conoce como México-Tenochtitlan, para decirlo correctamente: estos asentamientos humanos son muy anteriores a la fundación de la Ciudad Azteca y serán, junto con ésta, las que dieron el rostro urbano que los conquistadores españoles aprovecharon para levantar una megalópolis digna de ser considerada una ciudad de ciudades.

Es indispensable conocer estas refundaciones coloniales en las bases mismas de las ciudades originales prehispánicas para conocer lo que representa esta urbe más allá de lo que es sólo México-Tenochtitlan y comprender la diversidad cultural que componen las ciudades ribereñas de esta Cuenca lacustre, que han quedado opacadas, por la que representa la cultura azteca, pero mantienen viva y latente ese proceso histórico que hay que desentrañar para entender este conglomerado de ciudades que se desarrollan en lo que es el lecho seco del vaso del antiguo lago de Texcoco.